Incluso los bebes y los niños en edad preescolar disfrutan estando en un entorno musical, aprendiendo sobre sí mismos y sobre otros niños. Los más pequeños tienen sus primeras experiencias musicales "cantando" y balbuceando canciones y jugando a juegos especialmente diseñados para ellos. Y además, estos ejercicios también estimulan su desarrollo del habla y del lenguaje.
Hasta la edad de cuatro o cinco años, el vocabulario de los niños se desarrolla rápidamente, a la vez que la capacidad de adquirir una profunda compresión musical. Aprender música es una forma efectiva de respaldar estos procesos, y también incentiva el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas.